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domingo, febrero 25, 2007

Que no empobrece ni enriquece a nadie

Ante la gran cantidad de correos, preguntas por el MSN de si me pagaron o sigo viviendo en desidia y ofrecimientos de prestarme avance de efectivo con cómodas cuotas de pago, debo informarles que sí me pagaron. Recibí mi primer cheque canadiense a finales de enero y debería recibir el próximo la semana que viene.

Ahora bien, si sienten súbitos e incontrolables arranques de dadivosidad y se ven en la necesidad imperiosa de hacerme donaciones en metálico yo no tengo ningún problema en recibirlas de pana. Los interesados pueden escribirme un correo o llamarme por teléfono y les doy mis datos. Acepto efectivo, cheques venezolanos, gringos, canadienses y la mayoría de las tarjetas de crédito del mercado (menos Diners Club).

Gracias a todos por estar pendientes. :-D

miércoles, febrero 21, 2007

La otra cara de la moneda


Hace algunas semanas, antes de cobrar mi primer cheque canadiense, estaba pelando. Fuertemente. Las tarjetas de crédito venezolanas hasta el tope y el dinero de la venta de mi carro que no termina de llegar me mantenían en suspenso. "¿Podré comer el día de hoy?" me preguntaba, mientras hurgaba en la despensa las conchas de pan que me quedaban y unas lonjas de jamón que todavía no estaban lo suficientemente verdes como para ser consideradas no aptas para el consumo humano.

Me puse entonces a pensar a dónde se habían ido mis reales. Busqué en los bolsillos de los pantalones de la ropa sucia, en mi escondite de dinero, los abrigos, el armario (en el abecedario...), en el morral... voilá!

Las culpables directas de mi pelazón y casi intoxicación por consumo de charcutería podrida (además de mi piche planificación y pobres habilidades para manejar presupuesto, claro está) eran las monedas. La denominación de billetes más baja de Canadá es 5. Le siguen los tradicionales billetes de 10, 20, 50 y 100... ¿Y los billetes de $1? No hay.

Lo que hay son monedas de $1. Así, cada vez que compras alguna cosa y pagas con un billete de 5, el vuelto te lo tienen que dar enterito en monedas. Ya sea de 1 ó 2 dólares o de 1, 5, 1o ó 25 centavos de dólar. Ergo, en el bolsillo pequeño de mi morral tenía una fortuna en monedas. He debido darme cuenta antes, considerando que el monedero loco que tenía ahí regado sonaba en mi morral incesantemente mientras caminaba, vaticinando mi llegada a cualquier lado... cual vaquita... (salvando las diferencias).

Me puse a contar cuánto dinero tengo en este momento en monedas. Tengo $30,54. Y es demasiado difícil deshacerse de ellas porque uno nunca paga con eso. Si el otro día traté de pagar una dona y empotrado en el abrigo, medio ahorcado con la bufanda, con los guantes puestos hurgando en el bolsillo del morral se me cayeron unas monedas al suelo, para después tratar de contar cuánto eran 99 centavos y de qué manera podía quitarme de encima la mayor cantidad de monedas... Y la gente de la cola viendo ese desastre, fusilándome con ese incómodo, letal y tenso silencio y seguramente pensando "¿este no fue el imbécil que pasó el otro día frente a mi casa, jugando con la nieve?".

Terminé pagando con un billete de 5 y me devolvieron una moneda de 2, dos de 1, tres de 25 centavos, dos de 10 y cuatro de 1.

¡¡¡¡¡¡$%&!*^!·#!!!!!!

No me quedó otra que volver al modo vaquita.

sábado, febrero 17, 2007

Son lin fai lock del cerdo


El próximo domingo 18 de febrero celebraré, como buen chino (pilas, Gabymac), el Año Nuevo Chino. :-D (El cuento de mis orígenes chinos es largo, así que en otra oportunidad será).

Para comenzar la celebración temprano, el jueves en la noche acompañé a Leon, Verona y Richard (algunos de los chinos de AIESEC) a una celebración de Año Nuevo. Básicamente, la Chinese Student Association de Ryerson organizó el evento que constó de divertidos juegos por equipos con premios sorpresa y una cena. Contó con la presencia de unos 30 chinos y un venezolano que ni papa de mandarín o cantonés pero que sí tenía cara de que le estaban hablando en chino...

Cuando entré estaban explicando el primer juego que se iba a hacer en la noche. A pesar de que todo el mundo me miró con cara de "este no es chino", pude integrarme rápidamente (porque definitivamente, chino se es en el corazón). Nos dividieron en cuatro grupos y comenzó el primer juego que era básicamente replicar un diseño de papeles y letras y luego formar frases con letras que estaban en una caja. ¡Nuestro equipo ganó! Así que tuve la oportunidad de escoger un regalo sorpresa de una mesa: un vasito.

Luego, una merienda y posterior cena saciaron nuestros estómagos hambrientos con lo mejor de la gastronomía china: galletas, arroz, fideos, carne y vegetales.

Para el siguiente juego nos volvieron a dividir en cuatro equipos. El equipo tenía que adivinar 5 frases que nos describía otra persona que no podía hablar... todo esto por supuesto en mandarín avanzado. Yo me limité a sonreir y poner cara de que me estaban hablando en... chino... pues... ¡Y volvimos a ganar! Esta vez el regalo que escogí resultó ser una caja de caramelos masticables.

Es genial esto de conocer culturas diferentes y de poder compartir con gente nueva. ¿Y cuánto pagué? ¡Nada! ¡Nada de nada! Año Nuevo Chino debería ser todos los días: regalos y comida gratis. Por esto es que vamos a dominar el Mundo. Ya lo verán.

jueves, febrero 15, 2007

Yositocotucopito


Una vez asumido en mi condición de "sudaca que nunca ha visto nieve en su vida y juega con ella en el camino al trabajo, mientras la gente que palea las entradas de las casas lo miran de forma iracunda", me siento en el deber de compartir uno de los grandes descubrimientos de este viaje:

¡La nieve tiene la forma que tiene en las comiquitas!

Yo pensé que eran romanticismos de Disney eso de que la nieve son copos con formas estrelladas, pero no. La foto que ven arriba es de mi ventana y la tomé el miércoles en la mañana después de que cayó LA MEGA NEVADA (comenzó el martes en la noche y terminó el miércoles en la tarde). Esta vez sí me hundí en la nieve, sí llegué tarde a la oficina con razón, sí tuve que caminar por la calle porque la acera tenía como 15 centímetros de nieve acumulada... todo lo anterior había sido una imitación fracasada de invierno (y menos mal, porque ese peo y ese frío por tres meses no se lo cala ni el indio más indio de Venezuela).

Otra cosa curiosa (y prometo que no vuelvo a hablar de nieve en el blog) es que cuando neva hace menos frío que cuando está soleado y despejado el día. Resulta que las nubes retienen el calor adentro de la ciudad. Así que, temblad si hay un solazo. ¡Oh, temblad! (literalmente).

Eso sí... hay que recordar que la nieve es hielo y que hay que agarrarla con guantes ¿y si no? Hipotermia segura con posible amputación de extremidad incluída. Y que conste que siempre la he agarrado con guantes... bueno, 98% de las veces pues.

miércoles, febrero 14, 2007

Pues sí... ¿y?

(imagen provista gentilmente por Bjor... perdón, por Carlos Alberto Pérez)


Hmmm.

Esta tira cómica salió publicada esta semana en el periódico. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia...

domingo, febrero 11, 2007

¡Agua, que me quemo!

La gente tiene la falsa concepción de que uno se va a vivir afuera y se olvida de los problemas, de que afuera todo es más fácil y que la vida se te pone de bajadita. Pues no. La verdad es que uno deja los problemas de Caracas en Caracas y comienza a enfrentarse a un conjunto de nuevos problemas: los de Toronto (o el sitio a donde llegues).

Creo que si hago una encuesta pública, el 98% de la gente contestará que mi mayor problema en estas latitudes ha sido el frío. Y 98% de la gente estaría en lo correcto.

La semana pasada tuvimos un pequeño problemilla en la oficina del que nunca me hubiera preocupado en Caracas: se congeló el tubo del agua caliente. ¿Qué me iba a imaginar yo, un ser tan tropical como una piña, que ese tipo de cosas sucedían? Pues sí. Al parecer, esa tubería da a la pared de afuera (que desde hace más de un mes está bajo cero) y dado que el sábado y domingo de la semana antepasada fueron los más fríos del invierno hasta ahora, el lunes (no ayer sino hace una semana) nos encontramos con esa sorpresita invernal.

Yo me considero una persona bien aseada y no me gusta dejar platos sucios en el lavaplatos (sí... he madurado) y lavarme las manos después de cada Moral y Luces. De nuevo, la vida me colocó en una encrucijada en donde tuve que decidir varias veces perder la sensibilidad de mis manos para tenerlas limpias, tras lavarmelas con el agua de cava que salía por ese grifo. Simplemente inmoral.

A los dueños del edificio se les ocurrió el miércoles la fabulosa idea de colocar un termito con agua caliente al lado del lavamanos del baño. Lo que no pensaron es que el agua de la tetera hierve y que si la meten en un termo conserva su temperatura con una diferencia de más o menos 2 grados... Lo bueno es que no tenía mucha sensibilidad en mis manos cuando me eché el agua esa y casi que caían los pellejos jabonosos en el lavamanos... Debut y despedida de la idea del termito.

Creo que se dieron cuenta de que no podíamos seguir así y el viernes comenzó el plan de deshielo de la tubería: Misión Rancho. Sacaron las tapas de los ductos de ventilación, pusieron las calefacciones en los baños y abrieron todas las puertas de los gabinetes para que se calentaran las tuberías de agua. No sé exactamente cómo hicieron pero el plan funcionó.

Ahora, hay que mantener abierto un chorrito de agua caliente en la cocina y en el baño para que fluya constantemente en la tubería y no se congele. Hay una simpática nota que te lo recuerda cada vez.


Es el modesto precio que hay que pagar por el agua a 40º.

jueves, febrero 08, 2007

Usted puede, ¡claro que puede!


Pues sí, lo que ven en la foto es mi entrada para la función del próximo 16 de marzo de Stomp en el Elgin Theatre de Toronto (hay uno en Nueva York, mosca no confundirse). Compré la entrada ayer. Es la más barata, casi a ras de techo... pero voy. Para recordar los momentos de gloria e infamia del Compushow 2002, aquel 26 de noviembre.

Para aquellos que carecen del marco teórico, aquí va.

Marco teórico
Para uno de los eventos conmemorativos de la Semana de la Carrera 2002, un grupo de amigos de la Universidad y yo nos dimos a la tarea de organizar un espectáculo al estilo Stomp. Dos días antes del evento, no dábamos pie con bola y teníamos planeado hacer tres partes: la primera tendría como escenario una sala de computación donde sin quererlo, un grupo de estudiantes hallaba musicalidad al golpear una mesa. Luego, vendría una parte con unas latas de Pringles y finalizaría con un número con palos de escoba. Estábamos ensayando y los que nos vieron dijeron que era mejor que buscáramos algo con qué sustituir eso porque íbamos a hacer el ridículo. En vez de dejarnos morir y entregarnos a la derrota, nos pusimos a fusilarnos un segmento de un DVD que me prestaron.

Estuvimos todo el día ensayando hasta altas horas de la noche hasta que comenzamos a tener forma, comenzamos a acoplarnos y a sonar bien. Fue demasiado emocionante porque sólo 2 de los 5 tenían nociones de música, de percusión. Nosotros 3 no tocábamos ni la puerta.

Al día siguiente, molidos y adoloridos (porque había una parte en la que hasta nos agachábamos y golpeábamos el suelo) nos presentamos. Fue medio desastre porque a mitad de presentación se perdieron mis palos y lo que hice fue salir corriendo desaforado a buscar unos nuevos y a gritar como loco. No sé de dónde Oswaldo (el mismo del relanzamiento) sacó unos repuestos y pudimos continuar.

Fue un éxito total y rotundo. La gente se paró a aplaudirnos y los que nos habían dicho que lo dejáramos nos felicitaron. Fue toda una lección de coraje, de superación y éxito al más puro estilo de Carlos Fraga, como película de Cine del Domingo a las 2 de la tarde en RCTV.

El hecho es que el 16 de marzo estaré sentado a miles de días y kilómetros de distancia de esa fecha, escuchando y viendo con altas dosis de nostalgia la actuación de Stomp y recordando esos excelentes tiempos de la Comisión de Carrera, y más aún del Compushow.

Ahora que lo pienso, ¿alguien tiene ese video digitalizado? Sería genial montarlo en YouTube.

martes, febrero 06, 2007

¡Quién fuera jamón!

(Think Warm en Threadless.com)

Creo que comencé a sospechar que algo andaba mal en mi vida cuando me di cuenta de que prefería estar dentro del freezer de la cocina en vez de afuera, en la calle... Dentro del freezer no hay vientos a 35 Km/h. ¡Ni hablemos de la nevera! Esa por lo menos está sobre cero. En serio, cuando abro el freezer siento que está tibio adentro (me preocupa que se me vaya a dañar la comida)... pero no... ¡es que afuera está peor!

Si estaba en casa de un pana el otro día que tiene una nevera digital y marcaba 4 ºC la condenada. Eso es como para irse en tangas al lago Ontario a nadar.

Sí, algo está mal en tu vida cuando comienzas sentir que tus víveres viven mejor que tú.

viernes, febrero 02, 2007

Hay algo eléctrico entre tú y yo


La electrostática y yo tenemos una relación muy íntima en la oficina: la cantidad de ropa que siempre cargo encima (la mayor parte sweaters de lana o fleece), todo el piso alfombrado y la radiación de la calefacción hacen de mi día de trabajo una experiencia... electrizante.

Cada vez que la naturaleza llama y me dispongo a salir para ir al baño o tomar agua y agarro la manilla metálica de la puerta, me pego un corrientazo en la mano. Al principio era molesto porque una descarga eléctrica es ciertamente desagradable bajo cualquier circunstancia. Ahora... la verdad sigue siendo molesta pero ni modo.

La vida me pone en una encrucijada donde tengo que elegir entre entregar el culombio o hacerme pipí en la alfombra. Y no pienso discutir mi elección...