En dicho post hablaba de cómo me molestaba que la gente aplaudiera entre los movimientos en un concierto de música clásica y Ana, mi amiga de Estocolmo comentó que allá también se ve. El hecho es que el jueves pasado fui a un concierto en el Roy Thomson Hall y nadie aplaudió entre los movimientos.
A quienes ya están cerrando la página un poco desagradados diciendo "otra vez el pendejo este tratando de dárselas de culto" les digo que el punto de este post no es seguir cultivando la fama de snob que me gané en esa oportunidad.

El hecho es que en esa página hay un FAQ donde están escritas las preguntas más comunes a la hora de ir a un concierto y entre ellas está la de las 25 mil lochas: ¿cuándo se aplaude?
Y repito: no hay una agenda oculta. Quería compartir una información que me pareció interesante. Total, mientras la gente vaya a los conciertos no importa que aplaudan cuando quieran... Eso sí, siempre y cuando no se pongan a jartarse un cochino frito encaletado en un bojotico de papel de aluminio (en la Ríos Reyna se han visto casos).
1 comentarios:
Mi profesor de italiano (sí, italiano, porque aquí en Venezuela (el tercer mundo donde se come cochino frito en bojotico de papel aluminio (grasa y empaque reciclable) en lugar de basura altamente contaminante en Mc Donald's bilingües con hojitas que parecen marihuana) también hay oportunidad de culturizarse) me recomendó no excusarme de lo que no había sido acusado, pues dudar se debe de quien se declara inocente de lo que no ha sido señalado culpable.
Leyendo este post, recordé a mi profesor de italiano y sus recomendaciones.
Un gran saludo a Alessandro Baldi!
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