Subscribe Twitter Facebook

jueves, diciembre 15, 2011

Apenas 10.950 días después de su nacimiento


En realidad es un alivio.

Hace poco más de un año me di cuenta de que este día llegaría. Así que decidí buscar la escopeta y esperarlo, cómodamente sentado en la silla mecedora del porche de mi cabaña-en-el-bosque imaginaria. Como vi que tenía que esperar más de un año, decidí que iba a hacer otras cosas mientras esperaba (porque estar sentado tanto tiempo me iba a gangrenar las nalgas).

Por ser una fecha emblemática en la vida de todo individuo, me puse algunas metas para antes de cumplir 30. Lo importante en este punto no es tanto hacer alarde o memoria y cuenta, sino el hecho de que se han puesto en marcha una serie de planes que se desarrollarán en mi próxima década de vida.

Agárrense, señoras y señores, porque ahora es cuando empieza lo bueno.

sábado, diciembre 10, 2011

Culpe a Canadá y los logros de una gestión llevada a los coñazos

Durante muchas temporadas de sequía creativa de este blog, me he preguntado si debo continuar. A todos nos sucede y creo que quienes tenemos un blog, una página web o una cuenta de Twitter hemos pasado por esa etapa.

El pasado 1 de octubre este proyecto cumplió 5 años. No han sido pocas las ideas que han desfilado por estas páginas y son muchas las ideas que se han quedado a medio cocinar en borradores (entre mis favoritas, el quijotesco proyecto de escribir un post como si lo hubiera escrito El General o aquél de mis confesiones vergonzosas que quizá un día termine).

Vista de los inacabados del blog.

Cuando flaquean mis fuerzas y me dispongo a tirar por la borda esta sarta de observaciones muchas veces incomprensible de la vida moderna, hay pequeñas cosas que me hacen volver.

En este post quiero rendirle homenaje a esas pequeñas cosas.

Gracias por ser mi "fans"

Sin duda la primera cosa que me hace querer volver a escribir son los lectores habituales, conocidos o anónimos. No hablo de mi madre (exclusivamente). Hay gente que se ha leído absolutamente todos los posts. Hay quienes han confesado haber encontrado el blog un buen día y haberse leído todo durante una tarde. Gracias por haberle visto algo a Culpe a Canadá y haberse quedado. De verdad. Muchas gracias.

Memoria histórica

¿Cuántas veces hemos querido guardar ciertos momentos especiales, de forma que no los olvidemos? Culpe a Canadá guarda -a veces abierta, a veces discretamente- episodios cotidianos de mi vida que de otra manera se hubieran perdido para siempre (y es por esto que le recomiendo a la gente que abra un blog).

De hecho, hace poco Mariale de Mariale Divagando (uno de los más antiguos blogs de mi listado recomendado) le sugería un post a una persona por Twitter. Cuando me metí para ver, por curiosidad, cuál había sido me sorprendí porque no me acordaba de ese episodio, ¡pero ella sí! Esas cosas me flipan.


Mariale Divagando recuerda el post de Culpe a Canadá en Twitter.

(El post en cuestión era "Pa'ver ese currículo").

Culpe a Canadá según Google

Al igual que Mariale, Google recuerda lo que escribo y lo sugiere cuando la gente hace algunas búsquedas. Así, durante el último mes he estado recibiendo visitas a través de búsquedas completamente fascinantes, que me llena de orgullo satisfacer a través de este conglomerado de idioteces mías.

Por ejemplo, miren las estadísticas de visitas al blog a través de búsquedas en el último mes.

¡Recibí más visitas a través de búsquedas en Google de "tetas" que "culpe a canada"!

Sí.

Y no es solo contenido relacionado con "hombres con tetas" o "soy hombre y tengo senos." También aparezco para la genial e infame frase "No le pidas peras al horno," de Manuel Rosales, e incluso hago obra social a través del post donde insto a la gente a inscribirse en el Registro Electoral venezolano en Madrid.

Por lo pronto, seguiré manteniendo vivo Culpe a Canadá, a través del blog y el Twitter. Mi única pretensión seguirá siendo divertirles, sacarles de la rutina con un post tonto o incoherente de vez en cuando.

Gracias por leer hasta aquí y saludos, donde quiera que estén.