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jueves, agosto 12, 2010

Culpe a Luis

Algunas de las imágenes utilizadas a través de estos años en el blog.

Antes de que "Culpe a Canadá" se convirtiera en esta penosa institución donde la vergüenza está a la orden del día, la intención del blog era publicar el desarrollo del evento del momento: mi partida a Canadá.

Era septiembre de 2006 y estaba esperando respuesta de dos compañías para hacer mi pasantía: una en Portugal y otra en Canadá. Llegó el momento de decidir y todo se reducía a lo que me dijeran desde Toronto. Siempre supe que la experiencia de vivir fuera de Venezuela por primera vez, solo, bajo mis propios medios y cuidados, iba a afectar el resto de mi vida. Así que, de alguna forma, cualquier cosa que sucediera a partir de ese punto iba a ser culpa de Canadá, ya que iba a esculpir (o escupir) al hombre que sería en unos años, que soy hoy.

En fin, que había que echarle la culpa a alguien y Canadá salió jodida. Es naturaleza humana.

Con el paso del tiempo el blog se ha ido transformando y han leído cosas tan dispares como el drama absoluto del post "Escalas", la cavilación folklórica de los piropos venezolanos de "Tus Requiebros", pasando por los clásicos como "Erchivo Criminal" o el documental fotográfico de "En algún lugar de la mancha". Y todos esos textos tienen una parte de mí. Así que quienes siguen esto desde sus inicios (o se lo han leído completo, que conozco gente que lo ha hecho) me conocen, diría que bastante bien.

Hoy me provoca volver brevemente a esos orígenes antes de reanudar la línea que venía trazando (y que pareciera ser bastante curva... el reciente surrealismo histórico de las "Historias Verdaderas: Juana de Arco" generó ciertas incógnitas sobre mi bienestar psicológico y quiero despejar todas las dudas de mi sanidad mental).

Madrid me trata muy bien. Nueve meses después de llegar, siento todavía esa emoción que te aborda cuando estas en un sitio especial, cuando caminas por la calle y das un salto de felicidad porque te reconoces en un lugar donde quieres estar. Sigo siendo un turista en esta ciudad y descubro rincones todas las semanas y eso mantiene viva nuestra relación.

¿Extraño Toronto? La verdad no mucho. Extraño la gente y algunas experiencias, pero en general me siento muy a gusto en España, en Europa, y Canadá parece cada vez más un sueño lejano. ¿En realidad estuve todos esos años viviendo allá?

Vuelvo de visita a Toronto en septiembre por una semana, así que el blog cumplirá 4 años conmigo montado en un avión regresando de allá.

Curioso.