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domingo, febrero 24, 2008

La vida es una tómbola

This simplistic rendering of the actual and possible bifurcations present in 'Blind chance' is designed to illustrate the fact that forking paths may lead to consequences that intersect or run parallel, yet rarely provide additional forks in the road. Nevertheless, while those imbedded departure points are rarely explored/exploited after the initial bifurcation, they exist as possibilities in the spectator's mind, stimulated as the latter is by the prospects of (unfulfilled) infinity. [Alternate futures, contradictory pasts: Forking paths and cubist narratives in contemporary film]


Noviembre de 2007

Toronto - Hablo con mi jefe para ver qué posibilidades hay de quedarme trabajando tras finalizar mi pasantía en junio de 2008. Mi jefe me hace pensar que las posibilidades de que eso suceda son remotas: el chino regresará de China en febrero con un ascenso, convirtiéndose en coordinador de los desarrolladores y prefieren conseguir pasantes baratos que ascenderme a mí. Coño chino, me jodiste. Preocupado por mi situación me consuelo pensando que es mejor no quedarme, considerando mis diferencias creativas con él y la jaladera de bolas que le tienen montada de forma constante en la oficina. ¿Qué demonios voy a hacer con mi vida después de junio?

Diciembre de 2007
Caracas - Sentado en Don Goyo de Los Palos Grandes con Lileana, me ilumino y vislumbro mi plan perfecto: regresaré a Toronto proponiendo seguir trabajando a distancia desde Venezuela a partir de junio. De esta forma me aseguro un ingreso al volver y tengo tiempo de pensar qué demonios voy a hacer con mi vida después de junio con más calma. Escribo una propuesta módica, basado en la exitosa experiencia del chino trabajando desde China: mismo salario, disponibilidad absoluta. Agarrando manque sea fallo.

Enero de 2008
Toronto - Entrego mi propuesta. Si la aceptan, no me importa regresar a Venezuela por un tiempo (con salario en dólares, una mantequilla). Mi jefe me dice que la va a pensar y discutir con los demás productores. A final de mes tendré mi respuesta. Me quedo más tranquilo. Fin de mes. Mi jefe me dice que las condiciones del negocio han cambiado y que la experiencia con el chino a distancia ha sido un desastre. Coño chino, me volviste a joder. La compañía tiene una enorme carga de trabajo para el año que comienza y van a necesitar la mayor cantidad de gente capacitada. Como he trabajado un año con ellos, mi posición ahora es ventajosa respecto a los nuevos pasantes. Me ofrecen quedarme trabajando codo a codo con el chino... Después de todo sí me necesitan. Aprovechando la situación pienso en una propuesta mejor: aumento sustancial de sueldo, un mes de vacaciones en verano, renegociación de términos a final de año. Propuesta aceptada. Tras averiguar el procedimiento para pedir la visa mi jefe me notifica que la oficina de inmigración ya no está ofreciendo el proceso rápido de visas para IT. El proceso regular es largo, tedioso y con pocas probabilidades de éxito. Ya no es rentable para la compañía que me quede. Tengo que regresar a Venezuela en junio.

Febrero de 2008
Toronto - Tras una búsqueda exhaustiva en Internet, me doy cuenta de que la oficina de Inmigración sigue ofreciendo el proceso especial. Me salvé de chiripa. A dos semanas de regresar, el chino deja el pelero definitivamente: siendo chino rajado no quiere volver porque 1.- perderá oportunidades de trabajo importantes al graduarse este año por lo que volver a Canadá para él sería básicamente perder el tiempo, 2.- los padres de su novia han comenzado a presionarlo para que se case y 3.- su madre sigue enferma. Mi jefe con el corazón roto anuncia en la reunión mensual de la compañía que el chino ha decidido "seguir adelante". Mi propuesta cambia de nuevo: ahora quiero aumento de sueldo, mes de vacaciones, renegociación en diciembre, una cesta de frutas frescas cada lunes y jueves, 4 botellas de agua mineral sin gas y 2 con gas diarias, veneración de un retrato mío todos los días antes de empezar las labores, el personal ya no puede hacer contacto visual conmigo, contratación de 3 sirvientes: 2 que tipéen y diseñen por mí y uno que cocine variedad de platos mediterráneos y latinoamericanos y un entrenador personal... y si no, ¡dejo el pelero también!

jueves, febrero 21, 2008

Caracas, Minnesota

Este video me lo pasaron esta semana y me causó mucha gracia. Véanlo y sigan leyendo más abajo.



Resulta que me pasó el año pasado en Memphis, Tennessee. Estabamos en un bar de blues durísimo llamado "Wild Bill's", donde hay música en vivo en las noches. Es un cuchitríl perdido en medio de una urbanización oscura de esas que meten miedo. El hecho es que estabamos sentados tomando cerveza escuchando la música y la cantante, Miss Nicky, se me acerca y me saca a bailar (fotos de ese perreo en mi Picasa). Me preguntó que de dónde era, a lo que entre el bullicio respondí Venezuela... ella se echó para atrás, y preguntó "¿Minnesota?" Y antes de que le dijera que no ya me estaba llamando Minnesota en el micrófono. El resto de la noche me tocó aparentar que era de Minnesota para no defraudar a la gente que, toda entusiasmada, se me acercaba a saludarme y hablar conmigo.

jueves, febrero 14, 2008

Hablando seriemente

Durante el año de intercambio, he visto muchísima televisión. Para mí es difícil seguir una serie porque no siempre estoy en la casa a la misma hora o se me olvida. Por eso, he optado por alquilar los DVD o bajarlas por Limewire.

En verdad la decadencia de la televisión no es solamente en Venezuela por desgracia. Todos los canales están inundados de reality shows que, a mi modo de ver (y me perdonan el francés) son una soberana cagada.

Primero que nada, la producción es precaria. Hacer un episodio de cualquiera de esas series cuesta lo que cuesta una nevera en Depoven. O sea, que si usted, amigo lector, ha amoblado su casa en Depoven, usted ha podido producir una serie con esos reales, haberla vendido a cualquier canal y vivir en Los Angeles con las mismas estrellas de esas series.

No tienen guión... no porque sean reales, improvisadas, sino que el guión es barato, con situaciones gastadas y forzadas. Los actores son por lo general pésimos, sobreactuados, con pura gente cabezahueca. Y están en todos los canales, ¡como una cadena de Chávez! No sé cuándo fue la última vez que pasaron un video en MTV. Seguramente cuando era Music Television.

Y ustedes se preguntarán, "pero bueno chico, ¿entonces que es lo que has visto?" y yo les respondo con la siguiente lista:
  • Six Feet Under: es mi serie favorita. Cuenta la historia de la familia Fisher y de cómo siguen adelante tras una tragedia, trabajando en una funeraria que es el negocio familiar. El creador de la serie es Alan Ball (escritor de Belleza Americana). La serie, de cinco temporadas, fue transmitida en HBO desde 2001 hasta 2005 y se mueve entre el drama y la comedia negra. Cada episodio tiene la producción de una película. Lo mejor es verla desde el primer episodio para no perder detalle y, a pesar de que en la mitad se pone medio novelera, el episodio final de la serie es sencillamente espectacular. Probablemente el mejor material de televisión que he visto en mi vida.
  • The Wire (que traducido al español es "El Guaire"): también de HBO, la comencé a ver hace poco y trata de la investigación del departamento de policía de Baltimore y una banda que vende drogas. Es una serie difícil: el estilo narrativo bien particular y se desenvuelve muy lentamente con decenas de personajes. Otros programas te llevan de la mano, haciendo hincapié en las cosas que tienes que ver para seguir la trama. Esta serie no, por lo que el espectador tiene que estar pendiente de todo lo que sucede. The Wire exige mucho pero también recompensa y una cosa interesante es que los personajes de ambos bandos no son del todo malos, pero tampoco del todo buenos. Los primeros episodios son difíciles de seguir, hasta que uno le agarra el paso a la serie.
  • Dexter: de día, Dexter Morgan trabaja en el departamento de policías de Miami, analizando los patrones de sangre en las escenas de crimen. De noche, se convierte en un asesino en serie/vengador anónimo. A pesar de contar con parte del equipo que hizo Six Feet Under, no tiene el mismo peso y a veces es un poco inconsistente. Sin embargo, es divertida...

  • Heroes: honestamente esta serie me irrita. Me parece incoherente, la trama tiene huecos para repartir y algunos personajes son insufribles... pero la comencé a ver y la sigo viendo.



  • Lost: cuando la comencé a ver, todo el mundo hablaba de Lost y yo me quedaba fuera de las conversaciones. Luego, cuando me puse al día la gente dejó de verla. A pesar de que tiene muchas incoherencias y que la trama ha decaído constantemente, me parece mucho mejor que Heroes. Los creadores la defienden alegando que no sabían cuánto tenían que extender la trama antes de comenzar a dirigirla a la conclusión, pero los ejecutivos de ABC les dieron 3 temporadas más y kaput. La tercera temporada comenzó bien.
  • All in the Family: sigue las vivencias de la familia Bunker. Mucha gente concuerda en que es el gran sitcom en la historia de la televisión estadounidense. Me la prestaron la segunda temporada (1972) con esa premisa y comencé a verla, aunque no soy muy fanático de las series y películas viejas. Me costó agarrarle el gusto, pero es muy buena en verdad.


Otras series que me han recomendado y que tengo prevenidas al bate para cuando se me acaben las que estoy viendo son Rome, Carnivale, Deadwood y Veronica Mars. ¿Cuáles son sus series?

jueves, febrero 07, 2008

Las colinas están vivas

...y yo también, pero de vaina.

Eso de esquiar no está nada fácil y lo pude comprobar el domingo en mi Fin de Semana Extravagancia Invernal 2008. Es una manera de decirle "no me importa" a toda la gente que viajó por Venezuela en Carnavales y me lo ha restregado en cara directa o indirectamente durante los últimos días.

Por supuesto que sí. No hubiera podido llamarse Fin de Semana Extravagancia Invernal 2008 si no hubiera habido mini guerra de bolas de nieve (que recuerda al certamen mini miss Venezuela, pero ciertamente no tiene nada que ver), elaboración no-planificada de muñeco de nieve y día de esquiada... Claro, que tampoco hubiera podido llamarse así si hubiera sido el año pasado (hubiera tenido que ser Fin de Semana Extravagancia Invernal 2007 (redoble de batería)).

Primero que nada, eso de hacer un muñeco de nieve no es tan fácil. Sobre todo porque excavar y apilar la nieve con los nueve kilos de ropa que uno tiene que ponerse para no congelarse, lo deja a uno más sudado que lycra de gimnasio. Finalmente, le agarramos el truquito y nuestro primer muñeco de nieve se vio así.


La verdad lo más difícil de la experiencia con el muñeco de nieve fue dejarlo solo cuando nos fuimos. Uno genera un sentimiento de pertenencia del que es complicado desprenderse. Contemplar cómo te mira con su cara risueña mientras te alejas para nunca más volverlo a ver es bastante triste.

Al día siguiente, tempranito en la mañana me levanté para seguir con el Fin de Semana Extravagancia Invernal 2008 (que no tiene nada qué envidiarle a la gente que se fue a Margarita, Higuerote o que fue lo suficientemente afortunada de quedarse en Caracas) y partimos hacia Collingwood a esquiar en el parque Blue Mountain.


Desde el carro, esquiar se ve trivial y sumamente divertido. Desde abajo, con los esquíes en la mano se ve fácil y entretenido. En el momento que te pones los esquíes se acaba el sueño y comienza la pesadilla. Todo lo que tu cuerpo conoce de cómo moverse cambia, tus reflejos no sirven de nada y ahora son tu peor enemigo. Agradecí enormemente haber tomado el paquete que incluye el curso introductorio.

Total que después de como 3 horas de curso, más o menos esquiaba... y tras 7 horas cayéndome, volviéndome a levantar, sudando frío, cayéndome otra vez, cagado y tenso frenando en la bajada pensando "si dejo de apretar me mato", valía menos que una servilleta usada.

En un punto, me dí ánimos diciendo "tranquilo, esta es tu primera vez esquiando y para haber sido siempre tan malo en los deportes le has echado un camión". Y de pana que me animé... hasta que pasó a mi lado, esquiando raudo y veloz, un bebé como de año y medio que todavía usaba pañal, cagado de la risa y gozando un puyero.