Subscribe Twitter Facebook

domingo, febrero 11, 2007

¡Agua, que me quemo!

La gente tiene la falsa concepción de que uno se va a vivir afuera y se olvida de los problemas, de que afuera todo es más fácil y que la vida se te pone de bajadita. Pues no. La verdad es que uno deja los problemas de Caracas en Caracas y comienza a enfrentarse a un conjunto de nuevos problemas: los de Toronto (o el sitio a donde llegues).

Creo que si hago una encuesta pública, el 98% de la gente contestará que mi mayor problema en estas latitudes ha sido el frío. Y 98% de la gente estaría en lo correcto.

La semana pasada tuvimos un pequeño problemilla en la oficina del que nunca me hubiera preocupado en Caracas: se congeló el tubo del agua caliente. ¿Qué me iba a imaginar yo, un ser tan tropical como una piña, que ese tipo de cosas sucedían? Pues sí. Al parecer, esa tubería da a la pared de afuera (que desde hace más de un mes está bajo cero) y dado que el sábado y domingo de la semana antepasada fueron los más fríos del invierno hasta ahora, el lunes (no ayer sino hace una semana) nos encontramos con esa sorpresita invernal.

Yo me considero una persona bien aseada y no me gusta dejar platos sucios en el lavaplatos (sí... he madurado) y lavarme las manos después de cada Moral y Luces. De nuevo, la vida me colocó en una encrucijada en donde tuve que decidir varias veces perder la sensibilidad de mis manos para tenerlas limpias, tras lavarmelas con el agua de cava que salía por ese grifo. Simplemente inmoral.

A los dueños del edificio se les ocurrió el miércoles la fabulosa idea de colocar un termito con agua caliente al lado del lavamanos del baño. Lo que no pensaron es que el agua de la tetera hierve y que si la meten en un termo conserva su temperatura con una diferencia de más o menos 2 grados... Lo bueno es que no tenía mucha sensibilidad en mis manos cuando me eché el agua esa y casi que caían los pellejos jabonosos en el lavamanos... Debut y despedida de la idea del termito.

Creo que se dieron cuenta de que no podíamos seguir así y el viernes comenzó el plan de deshielo de la tubería: Misión Rancho. Sacaron las tapas de los ductos de ventilación, pusieron las calefacciones en los baños y abrieron todas las puertas de los gabinetes para que se calentaran las tuberías de agua. No sé exactamente cómo hicieron pero el plan funcionó.

Ahora, hay que mantener abierto un chorrito de agua caliente en la cocina y en el baño para que fluya constantemente en la tubería y no se congele. Hay una simpática nota que te lo recuerda cada vez.


Es el modesto precio que hay que pagar por el agua a 40º.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sometimes... when I leave the water tap a bit open, so that the pipes don't freeze, the little drops make music, and they make me laugh!

Plop! Plin! Plop! Plop-ploop! Blup! Blip! Plin-pilip!

Anuk dijo...

Encontré esta foto tuya por ahí... Jeje...


http://www.antaiji.dogen.de/lynx/phot/yuki/yuki10.jpg

Lidya dijo...

L!

Demasiado buenas todas tus anécdotas!! como siempre exceL!ente jejeje..

Un beso!