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jueves, febrero 07, 2008

Las colinas están vivas

...y yo también, pero de vaina.

Eso de esquiar no está nada fácil y lo pude comprobar el domingo en mi Fin de Semana Extravagancia Invernal 2008. Es una manera de decirle "no me importa" a toda la gente que viajó por Venezuela en Carnavales y me lo ha restregado en cara directa o indirectamente durante los últimos días.

Por supuesto que sí. No hubiera podido llamarse Fin de Semana Extravagancia Invernal 2008 si no hubiera habido mini guerra de bolas de nieve (que recuerda al certamen mini miss Venezuela, pero ciertamente no tiene nada que ver), elaboración no-planificada de muñeco de nieve y día de esquiada... Claro, que tampoco hubiera podido llamarse así si hubiera sido el año pasado (hubiera tenido que ser Fin de Semana Extravagancia Invernal 2007 (redoble de batería)).

Primero que nada, eso de hacer un muñeco de nieve no es tan fácil. Sobre todo porque excavar y apilar la nieve con los nueve kilos de ropa que uno tiene que ponerse para no congelarse, lo deja a uno más sudado que lycra de gimnasio. Finalmente, le agarramos el truquito y nuestro primer muñeco de nieve se vio así.


La verdad lo más difícil de la experiencia con el muñeco de nieve fue dejarlo solo cuando nos fuimos. Uno genera un sentimiento de pertenencia del que es complicado desprenderse. Contemplar cómo te mira con su cara risueña mientras te alejas para nunca más volverlo a ver es bastante triste.

Al día siguiente, tempranito en la mañana me levanté para seguir con el Fin de Semana Extravagancia Invernal 2008 (que no tiene nada qué envidiarle a la gente que se fue a Margarita, Higuerote o que fue lo suficientemente afortunada de quedarse en Caracas) y partimos hacia Collingwood a esquiar en el parque Blue Mountain.


Desde el carro, esquiar se ve trivial y sumamente divertido. Desde abajo, con los esquíes en la mano se ve fácil y entretenido. En el momento que te pones los esquíes se acaba el sueño y comienza la pesadilla. Todo lo que tu cuerpo conoce de cómo moverse cambia, tus reflejos no sirven de nada y ahora son tu peor enemigo. Agradecí enormemente haber tomado el paquete que incluye el curso introductorio.

Total que después de como 3 horas de curso, más o menos esquiaba... y tras 7 horas cayéndome, volviéndome a levantar, sudando frío, cayéndome otra vez, cagado y tenso frenando en la bajada pensando "si dejo de apretar me mato", valía menos que una servilleta usada.

En un punto, me dí ánimos diciendo "tranquilo, esta es tu primera vez esquiando y para haber sido siempre tan malo en los deportes le has echado un camión". Y de pana que me animé... hasta que pasó a mi lado, esquiando raudo y veloz, un bebé como de año y medio que todavía usaba pañal, cagado de la risa y gozando un puyero.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ja,ja .. esta muy bueno.
Yo he sentido exactamente lo mismo. He esquiado solo 3 veces. La mayor parte del tiempo me la pase en la "bunny slope" porque me daba miedo las otras. Cuando por fin me atrevi en una de adultos me pasaban al lado carajitos de 5 años como una flecha y yo muerta de miedo terminaba bajando de "rabito"

Lorena

EC dijo...

Me he recordado muchisimo cuando fui a (ique) esquiar en Carolina del Norte con Pedrito y Gladys, Humberto y Josie!
Fuimos a Seven Devils y Humberto, Josie y yo nos montamos en el "lift" cuando llegamos arriba y vimos para abajo, una colina como de 600 metros pero con una inclinacion de 40 grados (que parecian 65!) nos vimos las caras con la misma pregunta! Y ahora como bajamos? Igual que Lorena, de rabito!!!
Thanx for the memory!

Anónimo dijo...

Que lindo tu muñequito de nieve!!
Me das permiso de colocarlo como fondo de pantalla en mi computadora de la oficina?, prometo decir a todo el que pregunte que lo hiciste tu...

Gracie