La electrostática y yo tenemos una relación muy íntima en la oficina: la cantidad de ropa que siempre cargo encima (la mayor parte sweaters de lana o fleece), todo el piso alfombrado y la radiación de la calefacción hacen de mi día de trabajo una experiencia... electrizante.
Cada vez que la naturaleza llama y me dispongo a salir para ir al baño o tomar agua y agarro la manilla metálica de la puerta, me pego un corrientazo en la mano. Al principio era molesto porque una descarga eléctrica es ciertamente desagradable bajo cualquier circunstancia. Ahora... la verdad sigue siendo molesta pero ni modo.
La vida me pone en una encrucijada donde tengo que elegir entre entregar el culombio o hacerme pipí en la alfombra. Y no pienso discutir mi elección...
3 comentarios:
Jajajaja!!! y cuál es la elección?? digo, no para discutirla, sino para estar al tanto...
obviamente que tu eleccion es la alfombra, no? jajajajja
Ay! L!ui, yo creo q definitivamente es mejor q te hagas pipi, la verdad no puedo parar de reirme, jajajaja
Tqm
la mR!
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