La semana pasada me dí un fugaz paseo por la ciudad de Washington D.C. en Estados Unidos con unos amigos que viven allá. Es la primera vez que salgo de Canadá desde que llegué hace apenas dos meses. Me encanta viajar y mientras esté aquí voy a aprovechar de hacerlo lo más que pueda (por cierto, del 6 al 11 de abril voy para Nueva York :-D ¡no lo puedo creer!).
Washington es muy interesante. Está llena de sitios para ver y conocer y sentí que me perdí muchas cosas y me faltó tiempo. A pesar de esto, el viaje estuvo excelente. La pasé buenísimo con mis amigos y gozamos un puyero desde que llegué hasta que me dejaron en el aeropuerto.
Ahora, para entrar en materia, una de las cosas más interesantes ocurrió no precisamente en pleno viaje sino al regreso. Iba en el Metro cansado por el trajín, queriendo llegar a mi casa y fue cuando me di cuenta de lo que estaba pensando: estaba regresando a casa... en Toronto. Iba en el metro con la misma sensación de haber llegado al peaje de Hoyo de la Puerta, pero miraba a mi alrededor y estaba sentado en un vagón de Metro en un país que no era Venezuela. Y sin embargo, sentía que estaba llegando a mi casa, a lo conocido, a mi patio trasero, a mi pateadero.
¿Será que ya soy torontiano? La pregunta me queda quizá un poco grande para el poco tiempo que llevo aquí... pero me dí cuenta de que me estoy sintiendo cómodo.
Además, creo que otro punto a considerar es que ya veo por la calle caras conocidas. Es la gente que utiliza el tranvía para ir a downtown todos los días y que coincide a veces conmigo en el apretujón diario en la vía al trabajo.
Tenemos a:
- La chica posh del cintillo y la chaqueta blanco y negro: es una muchacha de lo más linda, que parece sacada de una revista. Me encanta.
- El chino gordito con audífonos: siempre tiene los audífonos puestos, cara de trance y se montaba por la puerta de atrás unas estaciones más adelante. Extrañamente ahora se monta en mi parada... y por la puerta delantera.
- El chamo chama/chama chamo: que todavía no estoy seguro de si es un chamito de 15 años con cara de jeva o una lesbiana. Desconcertante.
- El señor que se pinta los labios: se parece a uno de los personajes de "Priscilla, Queen of the Desert". ¿Alguien se acuerda? Es un señor que se ve de lo más serio... pero tiene cabello largo, labios pintados y zarcillos de brillantes como los que usa Daddy Yankee... o Andrés.
- El señor de chiva con el coche: que puede verse en el tranvía sólo cuando la gente está apretujada al máximo, con las caras estripadas contra los vidrios y sin espacio para inflar los pulmones...
- El loco mal oliente con el moco afuera: sé que suena un poco escatológico, pero no me podía permitir una descripción imprecisa por el bien de la belleza. El tipo APESTA como nunca pensé que podía apestar alguien. Es un hedor sencillamente indescriptible... ¡ah! y le guinda un moco siempre.
¡Ah! Y el 30 de marzo llega mi primera visita de Venezuela... ¿pa' qué másh?
2 comentarios:
Si, ya como que vives aqui, porque hasta se te olvido que tus lectores son venezolanos. Necesitas urgente un corrector de estilo que te salve de chinazos como:
"y se montaba por la puerta de atrás unas estaciones más adelante"
Y:
"Extrañamente ahora se monta en mi parada... y por la puerta delantera." (dios mio!)
Si, ya como que vives aqui. Y yo que hasta eso lo extrano de Venezuela. :(
Para Luis:
Mira yo no voy el 30 de marzo me estas engañando con otra??? me dejaste aquí preñada mandame los reales chico!!!
Para Carlos:
Si extrañas Venezuela... te listaré estos hechos:
- El tráfico de Caracas
- Los motorizados de Caracas
- El Aló en Cadena Nacional
- El pagar mensualmente el IVSS
- El hacer cola siempre para todo... es algo que llevamos en el subconsciente...Sabrás siempre quien es venezolano en cualquier parte... si no está buscando el final de la cola...lo conseguirás buscando colearse!!!
- Te recomiendo te bajes la canción Sicarios de Rubén Blades o la versión que hizo Tres Dueños para Secuestro Express... recordarás el país en tres minutos!!
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