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sábado, marzo 24, 2007

Cultura canadiense vol. 2


Ya una vez hablé de algunas cosas que he notado de mis amigos canadienses. Es momento de retomar el tema y añadir algunos detalles interesantes que he podido constatar en los meses de estadía por estas tierras.

De la hora de comer.
Yo no sé por qué, pero a mis jefes les encanta comer en la oficina sentados frente a la computadora. Compran el almuerzo y se lo llevan a la oficina. Primero, es la incomodidad de comer con ese perolero en la mesa, luego el riesgo de derramar salsa de burrito en el teclado o sus adyacencias. Digo, ¿qué necesidad hay teniendo una mesa en el kitchenette para comer? Ni que las noticias las borraran de Internet después de mediodía. Creo nunca los llamaron a comer cuando eran chiquitos o les dejaban llevar la comida al cuarto. Ahora veo la importancia del "está lista la comida... a comer... bajeeen que se enfría... PERO BUENO VALE, BAJEN A COMEEEER...".

De repente un día les da por comer en la mesa del kitchenette. ¡Pero entonces no esperan a nadie!. Aplican duro la de San Blas. Nada de sobremesa, de conversación social. Y noté que el chino estaba agarrando las malas costumbres y típico que siempre como con él. Así que tuve que amaestrarlo en las buenas costumbres de comer donde es y de hacer sobremesa. O por lo menos esperar mientras la otra persona termina. Por pasar 10 minutos más no se va a atrasar el proyecto. Digo.

Y no es que es la gente de la oficina y generalizo, porque en la casa soy el único que usa la mesa de la cocina. La repercusión de esto es una disminución paulatina pero notoria de los platos, vasos y cubiertos de la casa (todos se están pudriendo en el cuarto de al lado, donde duerme el chamo de Montréal. Lo bueno es que no me llega el olor... bueno, sólo cuando abre la puerta de su cuarto. No creo que haya Febreeze que pueda con eso).

Del protocolo post-estornudo
Cambiando de tema la gente no dice "salud" después de que alguien estornuda. Primero pensé que era que no se daban cuenta de que estornudaba. Entonces comencé a estornudar cada vez más duro... y nada. Dejé estornudar duro el día que bajó uno de los que trabaja en el tercer piso preguntando que si alguien estaba torturando un gato...

Lo siguiente que intenté fue decir "bless you" cuando otra persona estornudaba y nada. Ni las gracias. Milenios de superstición echados a la basura. Y me pongo a pensar que nosotros decimos "salud", "dinero" y "amor". ¡Qué molleja! ¡Del perolero que se pierde esta gente!

De los bancos.
Las planillas de depósito venezolanas fueron diseñadas por un torturador chino... Y después le pusieron 20 dígitos a los números de cuenta. De forma tal que hay un 2% de probabilidad de éxito de depositar tres cheques sin equivocarse llenando la planilla. Aquí tienen un sistema donde en la caja, deslizas la tarjeta de débito por un punto de venta, pones tu clave y listo. Ah y ¿endoso de cheques? Nunca más. Y no importa de qué banco sean, se hacen efectivos al instante (a menos que sean montos grandes que toman un par de días).

2 comentarios:

Wilian Z dijo...

Este comentario no debería ir aquí sino en la barra de navegación de al lado. Pero ni modo: Burda de fino el blog del chino de al lado.

Anastasia dijo...

Mira deja los venezolanismos y adaptate!! esa vaina de decir salud dinero y amor me da ladilla... siempre trato de estornudar dos veces para nunca tener lo último y decir la celebre frase con salud y dinero no necesito más na' ... en cuanto a la sobremesa o seaaa pecado mortal.... la sobremesa es tiempo de vagancia licenciado!!!