Y aquél hojero...

La llegada del otoño me producía el mismo nivel de expectativa que me producía el invierno. Sin embargo, para mi sorpresa, no ha sido hasta ahora como me lo esperaba. Me imaginaba la estación más... consistente: que todos los árboles iban a cambiar de color e iban a perder las hojas al mismo tiempo, creando una capa multicolor de hojas en el suelo.

No ha sido así. Cada árbol ha sido bastante independiente, cambiando a su propio paso. Al menos en Toronto...

Sin embargo, esta mañana cuando iba saliendo de la casa, me di cuenta de que parte del problema también es la iluminación. Las fotos que hemos visto siempre del otoño (tipo rompecabezas de Milton Bradley) son de árboles en rojos, naranjas y amarillos brillantes, con un verde subversivo de vez en cuando. Si el día está nublado, los colores de las cosas no saltan a la vista de la misma forma que en un día soleado.

Esta mañana fue soleada y me sorprendí al ver la calle. Para continuar con la tradicional foto de la calle en la estación, aquí tienen la Avenida Cunningham exhibiendo sus colores de otoño.